Gracias y hasta siempre, Viti

Ago 08, 2014 Categoría: Ciudad

«Solamente una vida dedicada a los demás merece ser vivida». 

A. Einstein

Ni los más afilados alquimistas de la Edad Media podrían transmutar en palabras el sentimiento de dolor ante una pérdida. El Intendente Víctor Fayad falleció ayer pasadas las 14, después de luchar contra una enfermedad que, mediante todas las jugadas y combinaciones posibles del tablero, no pudo cantar jaque-mate hasta el final.

Su partida de este mundo deja un vacío imposible de llenar, pero, al mismo tiempo, genera la conciencia de la grandeza de su obra, que dejó como legado indiscutido para las generaciones venideras. Eximio gestor público, político de raza fina y paladar negro, siempre puso su vida al servicio de la comunidad. Solo nos quedan lágrimas para expresar el dolor.

Este municipio perdió un ícono. Su llegada y su partida marcaron doblemente un hito. Empleados y amigos de toda la vida que lo vieron desde sus inicios como Concejal en 1983 con el retorno de la democracia a nuestro país, hoy recuerdan con cariño a aquel joven tenaz y sin fronteras de humanidad, que se atrevió a cambiar la forma de gestionar en la administración pública, haciendo de la Ciudad la cara visible de una provincia y de toda la región oeste del país.

Siempre intentó hacer de esta hermosa Ciudad un edén en el medio del desierto. Sus gestiones hicieron honor a los lemas “Por una Ciudad en flor” y “Mendoza, Ciudad Maravillosa”. Puso todo de sí para lograr que esta fuera la ciudad más limpia de todo el país y, lo que es aún más destacable, consiguió que nos identificaran por ello.

La vasta inmortalidad de la obra de este Intendente quedó inmortalizada en su Cuarta de Fierro, su Parque Central, su Acuario Municipal, su Luis Ángel Firpo, sus municentros, sus Gimnasios Municipales, su Peatonal Sarmiento, sus plazas, sus árboles, sus adoquines, su pavimento, sus jardines maternales… su Ciudad. ¿Qué más se puede citar como ejemplo para demostrar ese profundo e interminable amor que unía a este gran hombre con este municipio? No existe modo alguno de que sobre este texto se manifieste la pasión que envolvió a este Intendente durante sus años en la Muni.

Militante de acero, con un corazón enorme, que hizo de cada baldosa una causa y de cada persona necesitada una prioridad en la gestión municipal. Nunca dejó la política ni bajó la guardia en las derrotas electorales. Nació para ello, y se se fue haciendo política como corresponde que sea para los de su clase: los animales políticos por naturaleza.

Su verborragia, su lenguaje filoso y sensato, sus convicciones firmes y su sentido común lo llevaron a ser uno de los políticos más respetados del medio local y nacional. Luchador incansable que jamás bajó los brazos ante la adversidad y que hizo de la política su estilo de vida. Enemigos, sí, los tuvo: la abulia, la desazón, la hipocresía, el egoísmo y la frialdad.

Su sentido del trabajo y su interminable búsqueda del bienestar de la comunidad le devolvieron a cada uno de los vecinos el sentido de pertenencia a esta Ciudad. Hoy, cada ciudadano de Mendoza puede decir con el pecho henchido y lleno de orgullo que vive en la Ciudad.

Su voluntad inquebrantable lo llevó a cumplir su rol encomendado por sus vecinos hasta que su cuerpo se lo permitió, sin claudicar en su papel de Intendente Municipal. Se fue rodeado de familiares, amigos, funcionarios, empleados de toda la vida, militantes y vecinos que lo van a extrañar sin límites y, seguramente, van recordarlo cada vez que caminen por las calles de esta hermosa Ciudad.

«Dormí y soñé que la vida era alegría.

Desperté y vi que la vida era servicio.

Serví y vi que, en el servicio, estaba la alegría».

 

Rabindranath Tagore

Gracias y hasta siempre, Viti.

¡Unite a nuestras redes!