La hora en que el planeta oscureció

Mar 28, 2010 Categoría: Ciudad

Este año casi 4.000 ciudades de 125 países, contra los 88 de la edición anterior, se apuntaron a esta iniciativa organizada por el WWF, una cifra récord, tan sólo unos meses después de los decepcionantes resultados de la cumbre de la ONU en Copenhague.

La Sagrada Familia de Barcelona, las Pirámides de Egipto y la Torre Eiffel. Pero también el Obelisco y la Pirámide de Mayo, el Monumento rosarino a la Bandera y la Municipalidad de la Ciudad de Mendoza apagaron las luces ayer, como hicieron antes monumentos australianos y asiáticos, para unirse a “La Hora del Planeta” (Earth Hour), una operación mundial de lucha contra el calentamiento climático.

En Argentina, además adhirieron a la iniciativa internacional entre las 20.30 y las 21.30: la Torre de los Ingleses, el Puente de la Mujer, el Monumento a San Martín, el Monumento a los Dos Congresos, la Manzana de las Luces, el Centro Cultural Recoleta y el Monumento de los Españoles, por mencionar algunos. Mientras que otros edificios de Mendoza, La Plata, Catamarca, Santa Fe, Rosario, Bariloche, Simoca (Tucumán) y Ushuaia se sumaron a la manifestación que en el país coordinó la organización Fundación Vida Silvestre.
 
“En la Argentina y, en todo el mundo, el cambio climático es una realidad, y hoy este fenómeno afecta las fuentes de agua, los sectores de energía, transporte, agricultura y salud, poniendo en riesgo nuestras formas de sustento y futuro económico”, declaró Diego Moreno, director general de la ONG.

En Sidney, las sirenas de los transbordadores dieron la señal del apagón, mientras los edificios de oficinas y millones de casas australianas apagaban las luces por cuarto año. Tres horas antes, el pequeño archipiélago neocelandés de las Islas Chatham apagó discretamente sus generadores, dejando encendidas sólo 12 zonas de alumbrado público.

Les siguió el mar de luces de neón del paseo marítimo de Hong Kong y los bloques de oficinas de Yakarta, Seúl y Tokio. Un centenar de estudiantes encendieron velas y aplaudieron en cuanto se apagó la luz del Memorial de la Paz de Hiroshima.

En China, el apagón de la Ciudad Prohibida o el Nido de Pájaro, el estadio emblemático de los Juegos Olímpicos de Pekín en 2008, adquirió un cariz simbólico en un país con un crecimiento fulgurante que le ha valido el título de mayor contaminador del planeta.

En Dubái, los visitantes formaron con linternas una hilera brillante a orillas del mar, mientras la capital comercial del Golfo y su torre Bourj Khalifa, la más alta del mundo, se apagaban.
En Egipto, la meseta de Giza, que alberga tres pirámides y la Esfinge, al igual que la ciudadela de El Cairo, quedaron a oscuras.

En España, la catedral de la Sagrada Familia de Barcelona, la Alhambra de Granada y la Puerta de Alcalá de Madrid se sumaron al apagón global, al igual que el Museo Guggenheim de Bilbao y muchos monumentos más en defensa de una iniciativa que cuenta con el apoyo del cineasta español Pedro Almodóvar.

“El cambio climático es la mayor amenaza ambiental a la que nos enfrentamos, por lo que apoyo de todo corazón la campaña de WWF”, dice Almodóvar en un video presentado por el portal de la asociación ecologista.

En París, la catedral de Notre Dame apagó sus luces durante una hora y la Torre Eiffel sólo por cinco minutos.

En Roma fue la Fontana di Trevi la que se sumió en la penumbra después de que el actor Ricky Tognazzi y Fulco Pratesi, presidente honorario del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), accionaran simbólicamente un gran interruptor situado frente al monumento.

En Estados Unidos, la oscuridad se observó en lugares célebres como el Empire State Building de Nueva York, el Golden Gate Bridge de San Francisco, o el “Strip” de Las Vegas.

En Brasil, respondieron a la convocatoria 72 ciudades entre ellas varias de la Amazonia, donde la demanda de energía no cesa de aumentar, y otros tantos monumentos como la estatua del Cristo del Corcovado, el Pan de Azúcar y la playa de Copacabana.

En Perú, uno de los países más afectados por el cambio climático, quedaron a oscuras el Palacio de Gobierno y la Catedral.

En México, la glorieta del Ángel de la Independencia, el monumento más emblemático de la capital, hizo lo propio.

El cierre. La operación concluye en las islas Samoa cuando su reloj marque las ocho y media pasado el meridiano.

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