La caída de hoja y su reincorporación al suelo natural enriquecerá y mejorará las zonas plantadas de las plazas y paseos públicos.
Dada la disponibilidad de hojarasca que puede ser aprovechada en espacios verdes como fertilizante natural de los suelos, la Municipalidad de la Ciudad de Mendoza lanzó un importante proyecto mediante el cual, los sectores verdes de las plazas y paseos serán enriquecidos con este elemento natural. En tanto, el municipio advierte a los vecinos y transeúntes que la apariencia del lugar puede parecer falta de limpieza de hojas, pero en realidad es esta práctica que protege y enriquece al suelo de materia orgánica.
En los lugares donde se incorpore este sustrato, también se colocará un código QR con información a los fines de que quienes circulen por los espacios, sepan que no están descuidados, sino que están mejorando las condiciones del suelo para la época estival.
Mediante esta acción, el municipio busca incorporar materia orgánica al suelo, preparándolo para la resiembra primaveral y al agregado de nuevos estratos herbáceos, colocación de arbustos y/o forestales; y para la disminución de la pérdida de agua, en espacios verdes que se riegan por manto.
Fundamento técnico
El efecto de la materia orgánica en el suelo
La materia orgánica es un componente fundamental en los procesos edáficos y tiene un efecto positivo en la productividad tanto de los sistemas agrícolas como de los espacios verdes en general. Por su efecto cementante sobre las partículas, propicia la formación de agregados y mejora la estructura del suelo, lo que incrementa los flujos de agua, aire y calor; y en su proceso de descomposición y mineralización, aporta elementos nutritivos para las plantas.
Defoliación
Es el proceso de pérdida de hojas, ocurre principalmente en otoño e invierno, y proporciona numerosos beneficios para la tierra, el agua y el medio ambiente. Los cambios hormonales desencadenan un proceso en el que los árboles cortan el suministro de nutrientes a las hojas y forman una capa de células especializadas en la base del pecíolo, el tallo de la hoja, lo que se llama “zona de abscisión”, provocando la caída de la hoja del forestal.
Forma de Aplicación
En primer lugar, las hojas caídas forman una capa protectora en el suelo, conocida como hojarasca. La hojarasca se deja en los prados de espacios verdes que presentan sectores con déficit de vegetación, sin cobertura cespitosa (“pelones”), formando una capa densa y húmeda durante los meses de julio y mitad de agosto. Al producirse aumento de las temperaturas mínimas y medias mensuales, se comienza con la incorporación de la hojarasca al suelo mediante la acción de un rotovator y de riego complementario. Para acelerar la descomposición orgánica e incorporar macronutrientes al suelo, se incorporan fertilizantes del tipo 18-46-0 o 0-46-0.
Espacios verdes donde se implementará