A través de plataforma zoom, se llevó a cabo una nueva charla que motivó la participación de un numeroso público. En esta oportunidad, el encuentro tuvo como eje central el relato de tres mujeres emprendedoras que compartieron sus experiencias dentro del ecosistema emprendedor y la economía social.
Por su parte, el secretario de Gobierno, Rodrigo Olmedo se sumó al encuentro como espectador, pero también para dar la bienvenida. “Quiero agradecer a las disertantes y cada participante que se ha sumado. Este ciclo ha tenido mucha repercusión por su contenido. Hemos tenido la posibilidad de contar con experiencias muy enriquecedoras. Desde el municipio estamos expectantes a las propuestas que ustedes acerquen y de las cuales nos quieran hacer partícipes».
Así comenzó la charla que tuvo como protagonistas a Marité Badui, Ana Giménez Pozzoli y Antonella Insegna. Estas emprendedoras hablaron de las actividades que realizan habitualmente y respondieron inquietudes por las que fueron consultadas con mucho interés.
Quien rompió el hielo en la charla fue Ana Giménez Pozzoli. Ella comentó su experiencia como miembro del Laboratorio de innovación social de la Universidad Nacional de Cuyo y de MAYMA (Programa de triple impacto que apoya una economía más humana y consciente a través de la formación, conexión y la visibilización de emprendedores). Además, agregó que ha desarrollado, junto a su familia, el programa “Duchas de Sol”, a través del cual crean calefones solares con productos reciclados.
Ana Giménez Pozzoli, explicó qué es Mayma y adelantó que es un programa que se ocupa de fortalecer y vincular el ecosistema emprendedor de triple impacto a nivel latinoamericano, tratando de colaborar con el armado de la comunidad emprendedora. “Busca conectar, hacer sinergia, usar experiencias a través de capacitaciones teóricas y prácticas que sirven para conocer, brindar y aprovechar todas las herramientas posibles”, destacó.
“El ecosistema emprendedor sirve para tejer redes, así como lo hacen las raíces en la tierra, entre nosotros, en la comunidad, para fortalecernos y compartir las experiencias. Las formas tradicionales de emprender tratan de buscar quién es mejor que quién y en realidad, lo que debería hacer el ecosistema emprendedor es tratar de nutrirse complementándose, entendiendo que la cadena va a funcionar mejor si se apoyan entre sí. Hacer compos de los errores de unos para que otros, no los cometan”, agregó Ana Giménez Pozzoli.
También contó que su experiencia con el emprendimiento “Ducha de sol” comenzó con su papá, Ángel. “En principio, fue él quien creó un calefón solar con un 80% de material recuperado: botellas plásticas, baldes de pintura y otros envases que, unidos, son capaces de formar un sistema que, a través del sol, calienta el agua para ducharnos. Más tarde, el proyecto fue mutando y pudimos armar un calefactor solar. Ahora mi papá, junto a un grupo de investigación, está diseñando otro sistema para armar un prototipo de casa sustentable que incorpore energía solar, y que sea económico y posible”.
“Emprender es un camino de coparticipación, se logra con el otro. No hubiésemos avanzado si no nos hubiera ayudado un equipo de voluntarios y voluntarias. Desde chica mi papá nos inculcó el amor a emprender, a reinventarse y sobre todo nos habló de la resiliencia, tan importante para cualquier emprendimiento”, concluyó.
Luego fue el turno de Antonella Insegna, quien lleva adelante, junto a su pareja, un emprendimiento de comida para celíacos y trabaja día a día en pos de la inserción laboral de las mujeres, poniendo especial atención en el impacto ambiental que genera, en su totalidad, el proceso de producción.
Antonella comenzó agradeciendo el espacio y dijo: “Estas charlas nos sirven para fortalecernos y animarnos a tomar coraje para emprender”. Respecto a su emprendimiento comentó que ella no padece de celiaquía, que simplemente quiso meterse de lleno en este universo y para eso consultó con gastroenterólogos y médicos especialistas en celiaquía que la hicieron conocer más de cerca esta patología y los cuidados específicos que requiere para enfrentar el desafío de la mejor forma posible.
Su negocio se llama “Olive, almacén celíaco” y lo maneja junto a su pareja, Santiago. Antonella contó que actualmente están en un proceso de transformación y que se denominará “Olive, gluten free” para abarcar a aquellas personas que, no siendo celiacos, eligen eliminar las harinas de su alimentación.
Y agregó: “La idea fue elaborar productos ricos, atractivos, pero también económicos porque escuchamos que el cliente se quejaba de estas cosas. La realidad es que la materia prima no está subsidiada y tiene un valor más alto, que claramente impacta en el producto final”.
“En nuestra empresa tenemos un 94% de trabajadoras mujeres y es muy bueno lograr una equidad entre los dos géneros y dar la oportunidad de construir venciendo estereotipos. Las mujeres somos exitosas en el mundo laboral y podemos ocupar cualquier puesto porque somos capaces de igual manera. Ya debemos dejar de lado la brecha existente entre hombres y mujeres, porque todos tenemos la misma posibilidad de acceder a diferentes puestos y hacerlo de manera responsable”, concluyó Antonella Insegna.
Por último fue Marité Badui, quien contó su experiencia. Ella es profesora universitaria, titular en la cátedra de Administración Financiera de la carrera de Ciencia Política y Administración Pública de la Universidad Nacional de Cuyo. Se desempeña en el sector público. Es creadora del CEDEM (Centro de Desarrollo Económico de la Mujer), del Ministerio de Economía y Energía de Mendoza, y está a cargo del programa Agua y Mujer, del Departamento General de Irrigación.
“Soy emprendedora en el sector público y tomo esto de que emprender es captar, canalizar un sueño y hacerlo realidad. Las mujeres tenemos muy claras las brechas que tenemos que sortear y esa conciencia hace que sepamos que existe por delante un camino arduo, que pone a prueba nuestra fuerza de voluntad. Creo que tenemos una fuerza intrínseca natural para sortear esas adversidades”, comentó Marité Badui.
Y agregó: “El abanico de posibilidades y el ecosistema se ha ido ampliando y madurando. Un ecosistema en el que converge lo público y privado ha hecho que se vaya abriendo el abanico, diversificando la multiplicidad de emprendimientos y que no nos volquemos en estereotipos. Por suerte, hoy se está hablando de una nueva integración y de una economía circular, de un ecosistema con una multiplicidad de actores, tanto públicos como privados y una necesidad de que sea lo público lo que aporte sinergia y coordinación de acciones. Observar lo que se está haciendo en diversos ámbitos y no generar esfuerzos espasmódicos, sino que se orienten a algo que realmente produzca un cambio. Las instituciones públicas orientan su gasto público y debe existir esa comunicación entre el sector público, privado y los emprendedores, de manera que ese gasto vaya a lo que los emprendedores necesitan”.
Más tarde habló de su participación en la creación del Centro de Desarrollo Económico de la Mujer y dijo: “Apuntamos a crear y fortalecer capacidades, facilitar costos, colaborar en la planificación, el manejo de redes, la fotografía y demás. Generar una articulación que permita satisfacer las necesidades de las que hablamos”.
Respecto al Departamento General de Irrigación, y el organismo Agua y mujer, contó que la idea fue visibilizar emprendimientos liderados por mujeres que hagan distintos usos del agua. “Mi interés básicamente ha sido generado por un vínculo casual que se dio con mujeres que se acercaron y comentaron sus inicios duros. Sabemos que esa dificultad está y he querido aportar, desde mi lugar, a esa mayor inserción económica de las mujeres, atento a la infinidad de brechas que existen, pero que al mismo tiempo nos dan fortaleza para no claudicar en el esfuerzo y que sea sostenible” explicó Marité.
Y concluyó: “Nosotras sabemos de crear sinergia y aglutinar esfuerzos. Creo que tenemos una predisposición para entender esa diversidad y hacer que las partes interesadas se comuniquen. Estas instancias creadas de lo público han tenido la intención de ser un GPS y facilitar ese ecosistema como uno más, pero con una posición importante que te da la posibilidad de llamar y coordinar oferta y demanda, facilitar la información, permitir la capacitación, otorgar el financiamiento y aprovechar lo público y lo privado con perspectiva de género”.