El 7 de julio se celebra el Día Nacional de la Conservación del Suelo, en memoria del Dr. Hugh Hammond Bennet, un investigador estadounidense que trabajó constantemente en busca de la preservación de la integridad del recurso natural suelo, cuya importancia es vital para la producción agropecuaria.

El objetivo de conmemorar esta fecha es para tomar conciencia que la producción a gran escala provoca daños en el suelo que puede llegar a modificar su capacidad productiva, por lo que hay que implementar medidas que eviten este deterioro.

Los problemas que dañan el suelo son diversos, casi todos ellos causados por el hombre: el uso excesivo de los recursos naturales, la tala indiscriminada de árboles que lleva al suelo a degradarse por quedar expuesto a los elementos (viento y lluvia), y la sobresiembra que desgasta los minerales del suelo.

La erosión, es uno de los indicadores del uso inadecuado del suelo, pudiendo tener relación directa con la escasez de alimentos en un futuro no muy distante. Sin prácticas adecuadas que protejan el suelo, el resultado puede ser un profundo desequilibrio del sistema productivo.

Para ello, debemos prevenir esta situación. Hay ciertas maneras de reconocer cuando el suelo está susceptible a problemas de erosión:

• Cuando se ve reiteradamente en la superficie del suelo que ocurren procesos de encharcado, planchado, sellado y/o encostrado. Hay que prestar atención si se incrementa la frecuencia de aparición de éstos, en especial después de ocurrida una lluvia.

• Cuando se nota presencia de surcos.

• Cuando los cultivos están desparejos, sectores amarillentos (cloróticos).

Cabe destacar que existen medidas para controlar estos problemas.

Hay cuestiones claves que se pueden cumplir a través de la ejecución de diferentes acciones sencillas, que evitan el desencadenamiento de éstos. Las mismas son:

• Ejecutar técnicas de pastoreo controlado.

• Orientar las labores, incluida la siembra y la cosecha, en lotes con pendientes, de manera que no se favorezca el movimiento del agua sobre la superficie y a lo largo de la pendiente. De este modo, además, se asegura que entre más agua al suelo.

• Favorecer la ejecución de rotaciones, prevaleciendo la elección de cultivos que aportan buena cobertura.

• Evitar uso de químicos innecesarios: a menudo, el uso de productos químicos sobre el suelo da origen a consecuencias imprevistas e involuntarias sobre los organismos del suelo. Cualquier uso de pesticidas debe emprenderse sólo después de un análisis minucioso de las toxicidades residuales sobre los organismos del suelo, así como de los componentes ecológicos terrestres.