El objetivo es que no queden excluidos de la sociedad actual, donde la era tecnológica avanza cada vez más rápido y ha llegado a transformarse en una herramienta indispensable y de uso cotidiano.
La profesora encargada del curso, Mariela Artuzo, explicó que en el primer día de clases hizo mayor hincapié a “que los abuelos se familiaricen con la máquina, que pierdan el temor a equivocarse, que sepan que cada uno tiene sus tiempos de aprendizaje y que todos pueden lograrlo.
Además, durante la jornada trabajaron con un procesador de textos. “Comenzaron escribiendo el nombre, la edad y otras palabras sencillas, para no cargarlos de golpe”, agregó Artuzo. “La idea es que disfruten al utilizar la máquina y que no les resulte un esfuerzo mayor el tener que hacerlo. Muchos tienen problemas en la vista y no es aconsejable que pasen tanto tempo frente a un monitor ni que sientan tensión, para evitarles dolores de espalda o de cuello. Lo haremos de a poco”, concluyó.
Por otro lado los alumnos se mostraron muy entusiasmados: “Yo más que nada quiero agradecer porque no hay lugares para nosotros donde nos puedan enseñar despacio y con la paciencia que nos tienen acá, eso en otro lugar no existe”, dijo Juan Carlos. A su vez Marta Alfonso que también es alumna agregó: “Uno hace mucho sacrificio para venir pero realmente es algo que quería aprender y conocer de qué se trata”.