Escrito por Ariel y Fabián Sevilla y editado por la Editorial Municipal de la Ciudad de Mendoza “Vecinos de la eternidad”, rescata la historia del casco fundacional de la primera necrópolis; las biografías de muchos de los finados célebres e ignotos que yacen ahí y el arte y la simbología funeraria que pueden apreciarse en los sepulcros. El libro cuenta con fotografías a todo color de Marcelo Fernández y fue diseñado por el Estudio Picante.
El Cementerio General de la Ciudad de Mendoza fue creado en 1829; pero se lo habilitó recién en 1846, como el primero laico, público y extramuros que hubo en la provincia. El sitio fundacional (en la actualidad ubicado al norte del complejo) fue elegido por preexistir en la zona una capilla, tal como lo determinaba la ley que ordenaba su creación; quedó destruido por el terremoto que en 1861desplomó por completo la capital mendocina y aniquiló a más de 4.200 habitantes; fue reconstruido y urbanizado a partir de 1885, cuando empezaron a erigirse mausoleos y tumbas a tono con lenguajes artísticos, modas y concepciones europeas; y estuvo en plena actividad hasta poco después de 1910, cuando por escasez de espacio el establecimiento comenzó a extenderse hacia nuevos terrenos.
Comenzó a salir de su letargo gracias al Programa de Visitas Guiadas que se desarrolla en ese sector desde 2003, producto de una investigación que ahora queda plasmada para el gran público en “Vecinos en la eternidad”.