Venta de huevos de Pascua en la Casa del Discapacitado

Mar 28, 2012 Categoría: Ciudad

Los autores de estas golosinas son la Personas con discapacidad mental  leve y moderada que asisten a nuestra institución de Educación.

Este año se ha trabajado con dos tamaños: mediano chico $12 y mediano grande-$20, respectivamente.

Los pedidos deberán realizarse al 4236451 o acercarse a la calle Perú 762 de Ciudad, en horario de 8 a 12, ya que los productos los realizan las personas que asisten al turno mañana.

Reseña Histórica

La tradición de los huevos de pascua surge de los antiguos egipcios, quienes en ocasiones muy especiales, los regalaban decorados por ellos mismos con pintura, obtenida de las plantas. El mejor regalo, resultaba ser el huevo que estuviera mejor pintado.
Según cuenta la tradición, cuando Jesús se fue al cielo después de resucitar, los cristianos establecieron la Cuaresma – cuarenta días antes de la fiesta de Pascua – como la fecha en la que los cristianos debían hacer sacrificios para limpiar su alma. ¿Cuál fue el sacrificio? No comerlos durante el evento.

Cuando llegaba el día de Pascua, todo el mundo se ponía muy contento, pues salían de sus casas con canastas llenas de estos productos para homenajear a los cristianos. Con ello, recordaban que estaban festejando la Pascua de Resurrección.

A partir del siglo XIX la imagen de un conejo se fue incluyendo en la Semana Santa. Según cuentan, cuando el cuerpo de Jesús fue encerrado en su cueva, no estaba solo. Había un conejo escondido. El pequeño no sabía por qué todas las personas lloraban por aquel hombre.

Este animal pasó mucho rato mirándolo. Pasó todo un día y toda una noche. De pronto, el conejo vio algo sorprendente: Jesús se levantó y dobló las sábanas con las que lo habían envuelto. Un ángel quitó la piedra que tapaba la entrada y Jesús salió de la cueva ¡más vivo que nunca!

El conejo comprendió que era Jesús, el Hijo de Dios y decidió que tenía que avisar al mundo y a todas las personas que lloraban, que ya no tenían que estar tristes porque Jesús había resucitado.

Es así que el diminuto angora se le ocurrió que si les llevaba un huevo pintado, ellos entenderían el mensaje de vida y alegría y así lo hizo.

Desde entonces, cuenta la leyenda, el conejo sale cada domingo de Pascua a dejar huevos de colores en todas las casas para recordar al mundo entero la alegría de vivir por que Jesús resucitó.

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