Iglesia de Santo Domingo

Calle Salta 2107, esquina Beltrán.

La Orden de los Predicadores comúnmente llamada Dominicana, se estableció en Mendoza en tiempos de la fundación con frailes españoles venidos desde Chile. Y en la última década del siglo XVI, ya tenían establecido su convento, en la manzana comprendida entre las actuales calle Salta, Chacabuco, Federico Moreno y Beltrán.

Los frailes Dominicos se dedicaron a la labor misionera desde Las Lagunas de Guanacache hasta Uspallata y a la labor docente desde Escuela de primeras letras hasta la enseñanza de Filosofía y Teología en 1755.

En el solar dominicano se construyó un suntuoso templo de ladrillo en 1792. El mismo estaba situado en la esquina de Federico Moreno y Beltrán y orientaba su fachada hacia el Este (mirando a la Plaza Mayor). En él se conservaba la histórica imagen de Nuestra Señora del Rosario (que data de 1590), proclamada Patrona de Mendoza en 1737.

En 1921 sobre el solar del antiguo templo se comenzó a construir el actual, inaugurado en 1959 y declarado Basílica Menor ya que contiene la imagen de Ntra. Sra. del Rosario Patrona de Mendoza y Cuyo.

En 1815, San Martín solicitó al Directorio que le enviaran los Escuadrones 3° y 4° de Granaderos a Caballo que se encontraban en Buenos Aires. Para el alojamiento de éstos efectivos, el Gobernador Intendente, pidió a los frailes Dominicos que cedieran su convento para ser utilizado como Cuartel.

El terremoto de 1861 destruyó totalmente este edificio.

En el año 2007, al realizar excavaciones en el sector que ocupó el antiguo templo (intersección NO de las calles Beltrán y José Federico Moreno -actual playón deportivo del colegio Santo Tomás de Aquino) se pudo corroborar la existencia de vestigios del templo, así como también restos de carbón que testimonian la actividad de fraguas y fogatas realizadas por personal militar asentado en el lugar en momentos de la campaña libertadora.

Las excavaciones también descubrieron cerámica Huarpe, y restos humanos que estuvieron enterrados en el interior del templo colonial, destruido en 1861.

Aquí recibieron sepultura los restos del licenciado Manuel Ignacio Molina, colaborador del General San Martín (1758-1828), quien fue Diputado a la Junta de Mayo en 1810. Quien también contribuyó a la creación del Ejército de los Andes en 1815 y fue condecorado por el Libertador con los Cordones de Maipú y Medalla de Plata de Chacabuco.

En el atrio del actual templo existe un monumento funerario recordatorio de las víctimas del terremoto de 1861.

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