Los Mercedarios fundaron el convento de la Santa Catalina en Mendoza hacia 1576, bajo la jurisdicción de la Purísima Concepción de Chile.
Esta fue una de las primeras órdenes en llegar a Mendoza y su acción no solo fue misionera y apostólica sino también cultural y patriótica.
Es el único edificio religioso que no se ubicó en los solares otorgados en la fundación de la ciudad, su construcción se concretó a cuatro cuadras de la plaza principal, en la manzana rodeada por las calles San Luis, Montecaseros, Córdoba e Ituzaingó.
Hubo un primer templo, levantado en el siglo XVII. El segundo templo data de 1740, construido en ladrillo y cal, y que estuvo en pie hasta el terremoto de 1861, que lo redujo a escombros. Milagrosamente, la histórica imagen de la Merced quedó ilesa elevada en una columna entre las ruinas, por eso desde entonces se la conoce como la “Virgen del terremoto”.
En 1866, el padre Apolinario Vázquez levantó otro templo que estuvo en pie hasta 1895.
El edificio actual data de 1909. Su construcción estuvo a cargo de Víctor Barabino (especialista en obras antisísmicas), la estructura del mismo se realizó con una trama de rieles de hierro y mampostería de ladrillos.
El estilo de la fachada es manierista, con dos torres truncas, donde se destaca la cúpula sobre tambor cilíndrico recubierta por mayólicas blancas y azules.
El camarín de la virgen, inaugurado en 1914, sobre el altar mayor, guarda la histórica imagen del Terremoto.
El templo, en su interior, es de estilo neo-renacentista con capiteles corintios y consta de tres naves; su unión forma una hermosa cúpula de 28m de altura decorada con frisos. Tiene 12 altares, decorados con imágenes talladas en madera y bajorrelieves.
La decoración interior es obra de los artistas italianos Marsonet y Brusadin, realizada en 1935.
La manzana mercedaria posee un sector de excavaciones arqueológicas donde en el futuro se proyecta instalar un centro de interpretación histórica que muestre los hallazgos realizados en el subsuelo del lugar.
Los Mercedarios cuyanos además de su labor apostólica en Mendoza, también brindaron su decidido apoyo al General San Martín. En junio de 1816, el gobierno solicitó al Padre Comendador de la Orden de La Merced, que le proporcionara en ese convento, un salón del claustro con algunas mesas para que allí se confeccionaran parte de los uniformes de los oficiales del Ejército de los Andes.
Así, comenzó a funcionar allí la “Sastrería del Estado” y se designó como encargado del establecimiento al capitán de Granaderos a Caballo Lino Ramírez de Arellano.
Este taller funcionó por corto tiempo, ya que la mayoría de las prendas que se les proporcionaron a las diferentes unidades militares, fueron enviadas desde Buenos Aires por la Comisaría General de Guerra. Los Mercedarios también contribuyeron con aportes de dinero para la campaña.
En esta iglesia descansan los restos de Brigadier General José Albino Gutiérrez (1778 – 1831), quien participó de la formación del Ejército de los Andes y falleció luchando contra los indios en el fuerte de San Carlos.
Este templo fue declarado Patrimonio Histórico y Cultural de Mendoza en 1983.