Personal de Paseos, Higiene Urbana, Tránsito y Preventores recorren la Ciudad, mientras que el Centro de Contactos coordina los llamados de los vecinos y los deriva a la dichas áreas, priorizando las urgencias producidas por el viento. También está en comunicación con Defensa Civil de la Provincia.
Todas las áreas sociales también están en alerta por las consecuencias que el viento pudiera producir.
El Móvil Veterinario, por razones de seguridad no atenderá en la Plaza Matons en el horario de 13 a 17, como estaba previsto. Además, desde la Dirección de Higiene Urbana se solicita colaboración a los vecinos en el embolsado de hojas y remanentes domiciliarios.
Ciudad Universitaria Mendoza
La Dirección General de Escuelas suspendió las clases en toda la provincia, con excepción de Gral. Alvear y Malargüe.
En tanto, las universidades del Gran Mendoza no tendrán actividades durante el día. En la UNCuyo todas las facultades han decidido suspender las actividades, a excepción de Ingeniería y Ciencias Médicas.
Las actividades programadas, como la Oferta Educativa Superior y La Brújula, en la Nave Cultural y Espacio Cultural Julio Le Parc, respectivamente, también fueron suspendidas.
Teléfonos útiles
Policía, Bomberos, Emergencias Médicas, Defensa Civil: 911
Centro de Contactos: 0800-222-248323
El Zonda
Se produce bajo ciertas condiciones atmosféricas que se dan, generalmente, en el período mayo-noviembre. Suele desarrollarse en el lado oriental de Los Andes en las regiones comprendidas entre Neuquén y Jujuy.
Este viento fuerte y cálido se origina cuando el aire procedente desde el oeste (Océano Pacífico) se topa con la Cordillera de los Andes y asciende sobre ella. En su ascenso, se expande, enfría y condensa formando abundante nubosidad y precipitaciones en forma de lluvia en los niveles inferiores y nieve en los superiores. En su descenso el aire viaja con un reducido porcentaje de humedad, se comprime y se calienta.
El zonda suele ser sumamente rafagoso y genera condiciones extremas de alta temperatura y sequedad. Esto eleva las probabilidades de incendio, sobre todo en la zona de pedemonte y precordillera. El polvo levantado por el viento produce afecciones en los ojos y vías respiratorias y la intensa radiación solar puede producir quemaduras en la piel. Aparecen síntomas de languidez, dolor de cabeza, depresión, falta de coordinación e hiperactividad que conducen al rápido agotamiento.