Cerca de 20 personas del Bº Olivares, en su mayoría jóvenes, concurrieron a la Nave Cultural, donde se desarrolla el BAFICI y apreciaron su aparición como extras, en la opera prima de Alejandro Fadel. “Estamos muy contentos, es la primera vez que vamos a ver como quedó nuestro trabajo”, dijo Fanny Tamayo, una de las integrantes del grupo.

A la convocatoria para trabajar en el largometraje, se presentaron alrededor de cien personas y solamente quedaron seleccionadas veinte. “Fue una experiencia divina, muchos ya nos conocíamos del barrio y casi todos somos familiares”, contó Gladys Mercado, vecina del barrio del Oeste.

Las escenas se desarrollaron en la Escuela Hogar Eva Perón, ubicada en el Parque General San Martín, y duraron dos jornadas completas de grabación. Micaela Funes, de tan sólo 11 años, vivió la experiencia con la naturalidad de su edad: “Fue fácil, nos prepararon y actuamos”, dice, y luego agregó que le gustaría “seguir con el cine”.

“Este primer largometraje de Fadel (31 años, mendocino) es un film de fuga, un western, una historia de aventuras en medio de la naturaleza más salvaje, un thriller de tensión y violencia permanentes y un melodrama religioso. Una película que va siempre por más (que va por todo), que está regada de citas e inspiraciones cinéfilas”, sostiene la crítica sobre el film.

La película recibió el premio otorgado por la Asociación del Cine Independiente (ACID) y la Caja Central de Actividades Sociales (CCAS), en el marco de la Semana de la Crítica, durante el prestigioso Festival de Cannes.