En el extremo norte de la ciudad, en las cercanías de las actuales calles Santiago del Estero e Ituzaingó, existió desde comienzos del siglo XVII, una viña que pertenecía a los padres de la Compañía de Jesús.
En ese terreno, fue edificada una Casa de Ejercicios Espirituales y la capilla de los Jesuitas que fue dedicada a Nuestra Señora del Buen Viaje.
Este era el lugar obligado de despedida de la ciudad, de todos los viajeros que salían hacia Chile o hacia el Norte y quienes imploraban el auxilio de la virgen para llegar a feliz término en sus viajes.
En este lugar, se alojaron las tropas de la Artillería de la Patria que llegaron desde Buenos Aires a fines de 1814 para defensa de Cuyo y constituyeron el núcleo inicial del Batallón de Artillería del Ejército de los Andes, bajo el mando del comandante Pedro Regalado de la Plaza.
Después del terremoto de 1861, en el lugar que ocupó la viña y Casa de Ejercicios, se instaló un Lazareto para dar atención a los enfermos de cólera.
Ya en el siglo XX, al construirse el Hospital “José NestorLencinas”, en la calle Ituzaingó quedó funcionando el hospital denominado desde entonces “Luis Carlos Lagomaggiore” y cuando este trasladó su emplazamiento al lugar que hoy ocupa en el Parque General San Martín; en el edificio de la calle Ituzaingó y Gobernador González se instaló el Hospital “Carlos Pereyra”.