Sitio del Convento de Santa Mónica, Templo de San Agustín – Actual Colegio Mariano Moreno

Calle Alberdi 445, esquina Ituzaingó.

En el solar ubicado sobre la calle Montecaseros entre Alberdi y Urquiza donde actualmente se encuentran las escuelas: “Mariano Moreno” y “Gral. Las Heras”; se levantaba en la época colonial el antiguo templo y convento de la Orden de los Agustinos.

Después del terremoto de 1861 el sitio quedó destruido y fue conocido como Ruinas de San Agustín.

La llegada de los Agustinos a Mendoza fue gestionada por don Juan Amaro de Ocampo. Posteriormente, su esposa, Doña Mayor Carrillo de Bohórquez, dispuso designar herederos de sus bienes a los Agustinos para fundar un convento. Inconvenientes planteados en la sucesión, demoraron el cumplimiento de la voluntad de la donante.

Mientras tanto, los Agustinos adquirieron un solar en las cercanías de la Plaza Mayor y erigieron su primer convento e iglesia.

La manzana Agustina (incluyendo su templo, convento y huerta) se encontraba entre las calles Alberdi, Montecaseros, Urquiza e Ituzaingó. El templo tenía su fachada mirando hacia el norte en Montecaseros y Alberdi.

La iglesia de San Agustín, según las crónicas de la época, fue la más grande y de mejor factura de todas las existentes hacia fines del Siglo XVIII. Tenía una gran cúpula y un hermoso campanario, el que por su altura era llamado “El Tupungatito”.

La monumentalidad de la construcción reflejaba la importancia social y económica que la orden había alcanzado en la Mendoza colonial.

Finalmente, llegó a manos de los Agustinos el legado de Amaro de Ocampo. Esto le permitió a la orden establecerse también en la Hacienda del Carrascal o de San Nicolás, al SO de la ciudad, donde levantaron una capilla dedicada a San Nicolás de Tolentino.

Cuando San Martín ejercía el gobierno de Cuyo, el viejo convento de los Agustinos fue utilizado como alojamiento por el Batallón de Infantería Nº 11, desde fines de 1814 hasta 1816.

En 1941 las Ruinas de San Agustín (en calle Montecaseros y Alberdi) habían sido declaradas como Monumento Histórico Nacional.

Pero en 1953, un decreto del presidente Juan Domingo Perón, dejó sin efecto la declaratoria, por lo cual las ruinas fueron demolidas.

Mientras se construía la Escuela Mariano Moreno, se realizó un salvataje arqueológico de distintos elementos encontrados en el lugar.

Se recuperaron en el lugar varios enterratorios humanos, se hallaron tres bloques de piedra con inscripciones en latín y otros elementos ornamentales que habían decorado el interior del templo agustino (hoy expuestos en el Museo de Ciencias Naturales y Antropológicas Juan Cornelio Moyano).

Los restos humanos hallados en el lugar por el arqueólogo Carlos Rusconi fueron colocados en un sarcófago de piedra, ubicado en el atrio del templo de Santo Domingo (calles Salta y Beltrán) a modo de homenaje a los fallecidos durante el terremoto de 1861.

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